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La consciencia y la inconsciencia de atrevernos a mÁs

LA CONSCIENCIA Y LA INCONSCIENCIA DE ATREVERNOS A MÁS


  Constantemente nos preguntamos: ¿Lo hago o no lo hago? ¿Podré o no podré con todo? ¿Por qué lo haré y por qué no? Pero pocas veces nos cuestionamos qué cosas necesitamos hacer para atrevernos, para llevar a cabo, para realizar y materializar aquello que siempre hemos soñado.

  ¿Sabías que con el simple hecho de movernos de lugar, ya nos estamos atreviendo? Podemos pasar todo el día realizándonos miles de preguntas sobre qué es lo que nos paraliza y no nos permite hacer algo distinto en la vida: ¿Será que estoy dormido, viviendo de memoria, de lo que siempre hago, de creer que las cosas son así y punto?

  Un gran espacio aparece en nuestras vidas cuando traemos al presente nuestra historia, donde se descubre la manera en la que hemos aprendido a hacer las cosas, a saber cómo son y cómo creemos que estas deben llevarse a cabo.

  Muchas veces hacemos lo mismo en el día a día, sin generar evolución alguna y es entonces cuando creemos que ser inconscientes es viajar liviano, es decir, sin llevar nada sobre nuestra espalda.

  La conciencia es una forma de responsabilidad; es como usar unos binoculares para enfocar una realidad que es nuestra y que nos pertenece. A mi juicio, la inconsciencia no es aquello que no podamos ver, es lo que no queremos ver. Por esta razón, tú eres el único responsable de no caer una y otra vez en la misma trampa.

  Mantenernos despiertos ante la vida es una tarea compleja y agotadora; por eso, frecuentemente, nos refugiamos en la comodidad de la inconsciencia.

  Pero ¿Qué pasaría si despertamos ante esa fuerza poderosa que nos lleva a repetir una y otra vez aquello que nos lástima, qué nos quiere decir algo y que no hemos querido ver qué es?

  En algunos momentos, la vida nos encierra en un callejón sin salida, en donde no tenemos otra opción más que abrir los ojos, despertando a la vida repentinamente y como si fuera de un cachetazo.

  En muchas ocasiones, sabemos cómo lidiar con la mentira, pero casi nunca nos enfrentamos a la crudeza de encarar la verdad. Y es por ello, que la primera reacción es correr, huir o alejarse de la verdad, sin darnos cuenta de que no hay hacia donde correr.

  La buena noticia es que siempre existirá la posibilidad de despertar ante la vida y de abrir los ojos para ver la verdad. Pero, es tu responsabilidad elegir si continúas viviendo en la inconsciencia o si decides vivir conscientemente.

  Ser conscientes de lo que nos sucede, traería consigo la posibilidad de poner en práctica acciones que nos ayuden a trazar nuestro futuro en un mundo que ofrece miles de oportunidades.

 

José Esposito

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