Competir es algo inherente a todos los individuos, algo que se encuentra en la genética del ser humano desde su momento más primitivo y que está incorporado a la conducta de la supervivencia del más apto.
Hay algo fascinante en las relaciones humanas, porque son distintas según quién y en qué momento las mires. Una relación de pareja no es sólo de quienes la conforman y la viven, sino también, en cierta medida, de aquellos que la rodean e intervienen en el resultado del vínculo.
Las propias conductas y maneras con las que miramos el mundo, pueden obstaculizar nuestros sueños. Hoy en día, la mujer está tomado un papel protagónico al atreverse a lograr sus sueños y abrirse espacios para el emprendimiento.